Al ser mencionado el nombre de Cassius Clay, otrora majestad de los pesos pesados, ante cualquier versado del deporte de los puños enguantados, inmediatamente se dirá que este es uno de los mejores pugilistas de todos los tiempos. Mientras que para aquellos profanos en la materia, tendrá que hacerse alusión a Muhammad Ali, nombre que provocará en ellos igual o mayor efecto, incluso corriéndose el riesgo de que se agregue una que otra palabra coloquial o superlativa o alguna frase perteneciente al refranero popular.
De igual forma al mencionarse a Leonel Fernández en el escenario político nacional, es de justicia que reconozcamos, en una acción que salve las diferencias de carácter político, que ha sido uno de los políticos más éxitoso y preparado de la historia republicana, no solo por haber ganando, como el mismo ha dicho, 3 elecciones con más del 50% de los votos, sino también por sus dotes intelectuales, por sus condiciones de excelente orador y comunicador, por sus aportes a la democracia y sobre todo por las obras y acciones positivas que desde su gobierno ha ejecutado.
En ese sentido al cuestionar a cualquiera de sus seguidores sobre su figura, dirá de manera casi inmediata que es un “león”, que es el Muhammad Ali de la política criolla, el mejor gallo de pelea que tiene el país y el PLD y que solo él sabe ganar. Que solo él, cual Aquiles tocado por los dioses, puede defender a la sociedad dominicana del mal y asegurarle el mejor destino y que negarlo sería una mezquindad que pondría en peligro a la patria de Duarte y a la Organización Boschista.
Sin dudas que si hacemos un símil entre estas dos figuras, los fieles seguidores del presidente Fernández y muchos otros dominicanos, estarán totalmente de acuerdo. Incluso muchos pensaran que a diferencia de Ali, Fernández seguirá invicto.
Guiados por ese pensamiento, una parte importante de la dirigencia del PLD y de los colaboradores del presidente, así como la mayoría del gabinete presidencial, han emprendido una afanosa tarea con el objetivo de que el presidente sea candidato a la reelección y pueda ejercer un nuevo periodo al frente del poder ejecutivo.
Pero antes de hacer estas aseveraciones y emprender estas acciones, hay que considerar algunos elementos, ciertos obstáculos que tendría que vencer el presidente antes de acceder a una nueva toma de posesión en agosto del 2012, hay que pensar en algunas peleas y en algunos pesos pesados que debe enfrentar este coloso de la política contemporánea.
Muhammad Ali, maestro del boxeo que flotaba como mariposa y pegaba como abeja era dueño de cualidades que lo hacían ganador de cualquier enfrentamiento, aun antes de llegar al cuadrilátero, pero ni siquiera este apasionado atleta, que además era un ser de convicciones, podía salir victorioso ante una serie de peleas consecutivas con tan poco tiempo entre una y otra. Sin embargo el presidente tendrá que pelear de manera intensa contra varios oponentes en poco tiempo, incluso de forma simultánea en algunas ocasiones.
Aunque desde el inicio el presidente tendrá oponentes de alto nivel, tendrá también la suerte de escoger para la primera pelea a su contrincante, esto así porque puede elegir entre la reforma constitucional, el referendo o el tribunal constitucional.
Luego de esto tendrá que proceder a recuperarse de las lesiones y traumas sufridos en el encuentro y de inmediato vendrá el próximo oponente, las elecciones internas en el PLD en donde encontrará una coyuntura diferente a la del 2007, donde pudo ganar.
Luego de estos dos enfrentamientos y en caso de que pueda salir vencedor del encuentro previo a base de golpes bajos y artimañas poco elegantes, vendrá el decisivo, el de mayo de 2012 donde agotado, estresado, golpeado, mermado, diezmado, confundido y aturdido por los golpes de las peleas anteriores, no necesitara de un oponente talentoso que tenga grandes condiciones, para caer ante este derrotado en los primeros asaltos de la pelea.
Ante esa situación, además de las condiciones de adversidad mencionadas anteriormente, tendrá que lidiar con una gran parte de la fanaticada que asista a la pelea abucheándolo y pidiéndole al oponente del presidente desde el primer roud, “knockout, knockout, knockout…
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